CHISTES DE CEREN

Llega una joven con un ataque de nervios a ver al psiquiatra y le dice:

Doctor, llevo tres semanas de soñar que Sánchez Cerén viene a comerme montado sobre un cocodrilo.

¿Sí?, contesta el psiquiatra.

Sí doctor, esos ojos amarillos, esa piel escamosa, esos dientes afilados.

¡Hombre, que terrible!, dice el psiquiatra.

Y la joven contesta:

¡Y espere que le describa el cocodrilo!

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Sánchez Cerén, molesto, manda llamar a su guardaespaldas y le dice:

-Oye me enteré de que estás diciendo por ahí que cuando me muera vas a escupir en mi tumba, ¿es verdad eso?

-No. Mi comandante, eso es mentira, Ud. sabe que a mí no me gusta hacer colas.

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Tres cirujanos discuten en el cafetín del hospital sus experiencias sobre las operaciones. El primero dice:

-A mí me gusta operar a los contadores, los abres y tienen todo numerado.

A lo que el segundo replica:

-No, prefiero a los bibliotecarios, tienen todas sus partes ordenadas alfabéticamente.

Y el tercero termina:

-¡Pero los más fáciles de operar son los guerrilleros, porque carecen de corazón y de riñones, y la cabeza con el culo son intercambiables!

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Érase una vez Sánchez Cerén y Shafick una tarde hablando, y se preguntaban si en el cielo existiría un salón especial para los guerrilleros y se hicieron una promesa:

"El primero de nosotros que muera, va a regresar a la tierra para decir si existe o no un lugar especial para los guerrilleros en el cielo".

Dos años después, Shafick muere y regresa a la Tierra como había prometido y le dice a Sánchez Cerén:

Tengo una noticia buena y una mala.

Y él dice:

¿Cuál es la buena?

A lo que Shafick le contesta:

No fui al cielo, fui a parar al infierno y sí, hay un lugar ahí especial para los guerrilleros.

Y ¿cuál es la mala noticia?

A lo que Shafick le contestó:

¡Que tu nombre de ingreso a las calderas está en la lista de la próxima semana!

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Se encuentra Sánchez Cerén dando su discurso comunista por la celebración del nacimiento de Farabundo Martí y justamente cuando va a decir que están cerca de cumplir el sueño marxista cuando ganen, se escucha nuevamente un rebuzno de algún burro de las cercanías, rebuzno que hasta se escucha por las radios y las ondas televisivas y que ha estado perturbando su discurso desde que comenzó.

Sánchez Cerén enojadísimo grita a José Luis Merino y a Medardo González:

¿Quién hace eso? ¿De dónde viene? vayan a callarlo... y mandan varios ex guerrilleros a investigar.

Y entonces regresan después de un momento con una nota que se la entregan y que dice:

No se preocupe comandante, que solamente es su eco.